21 de agosto, 2011
Publicado en: Artículos Noticias Opinión
Notas tostadas o licorosas + mayor grado de alcohol + cuerpo robusto = cervezas de invierno. Juntas o separadas, estas características le dan nuevas posibilidades de consumo a la cerveza y, además, la sitúan en un escenario donde las opciones de armonía se extienden hasta guisos, postres o, incluso, como un excelente bajativo.
La imagen de la cerveza, en Chile, sigue vinculada a verano, calor y comidas sencillas. Está bien, nada contra eso. De hecho, en un día estival, una pilsner bien armada puede ser lo más cercano a la gloria. Pero no ahora. La solución, entonces, va por empezar a descubrir otros estilos que afuera son tan populares como las lagers, mientras que en estas latitudes —vaya uno a saber por qué— no conocíamos hasta hace poco.
En tres palabras: cervezas de invierno. En dos: winter warmers. Un perfil de esta bebida que tiene como responsables de su difusión a los microcerveceros nacionales y también a la llegada de un mejor portafolio de variedades extranjeras. Cervezas que en sus recetas conjugan más cuerpo, mayor graduación alcohólica y notas licorosas y tostadas. Casi un abrigo líquido. O sea, variedades por todos lados más complejas y que, por lo mismo, resultan en buenas candidatas para convertirse en comparsa de platos robustos y demandantes. ¿Guisos, carnes grilladas, postres? Aquí encontrarán un universo generoso en alternativas para beber. Estilos como stout, barley wine, porter y strong ale juegan de local.
Ahora, esto no es exageración ni tampoco un volador de luces. Sí lo decimos es porque hay cifras que avalan esta tendencia de consumo. Veamos.
Proyecciones de ventas invierno 2011
-Kross: aumento de 70% (275.000 litros en 2010).
-Szot: aumento de 100% (22.000 litros en 2010).
-Capital: aumento de 60% (13.000 litros en 2010).
Para terminar, y convencerse de todo lo anterior, aquí una breve selección de nuestras cervezas de invierno favoritas. Exponentes clásicos junto a otros que, con menos rodaje, ya dan señales de ir por buen camino.
Kross Stout. Un premio a la constancia. Esta stout se ve venir de lejos con tonos bien tostados, toques a chocolate bitter, cuerpo medio y justo amargor. No dejen de probarla junto a un postre de chocolate (por lo menos de 70% de cacao). ¿Muy complejo? Una tableta con ese mismo porcentaje también hace maravillas.
Szot Imperial Stout. Viniendo de esta extrema cervecería, no extraña la receta. Se trata de una estilo —imperial stout— de alta graduación alcohólica al que, además, se le agregaba mayor lúpulo para soportar el viaje desde Inglaterra hasta la corte de Catalina II, en Rusia, donde era muy consumida. Lo interesante es que para compensar su amargor, a esta cerveza Kevin Szot le suma chancaca en el hervor. Aquí, intenten con un bife a la parrilla. Una sorpresa.
Tübinger Tübinator. Una creación que ha puesto arriba el nombre de Tübinger en la escena cervecera. Rotunda en nariz y en boca, tiene una demoledora batería de aromas —como ciruelas, pasas y chocolate— junto a un cuerpo denso y cremoso. Con eso en mente, un tajine de cordero y ciruelas debería andar más que bien. Ojo que tiene un excelente potencial de guarda.
Vaguada Costera Barley Wine. Cervecería debutante, con un portafolio sólido y muy sobre la media. Un ejemplo es esta tremenda barley wine: una receta compleja, con peso y carácter. Nariz: membrillo, higos, manzana y frutillas. Boca: todo eso más malta y chocolate. ¿Se puede acompañar con comida? Claro que sí, pero al tomarla sola —como bajativo—demostrará su potencial y versatilidad.
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