19 de julio, 2010
Publicado en: Industria
Rechazada, valorada y luego industrializada, poco se conoce acerca de la vida que esta bebida ha experimentado en el territorio nacional. Ernesto Riquelme, maestro cervecero de Soma, nos pone al tanto.
La cerveza llega a nuestro territorio durante el período colonial, introducida por los españoles en el siglo XVIII. Sin embargo su consumo no fue significativo, debido principalmente a que la sociedad de la época se inclinaba más por la tradición y prefería el vino, la chicha y las aguas ardientes criollas. Es a partir de la independencia, y la apertura económica que ésta genera, que el consumo y su elaboración comienzan a cambiar. Esto, por la llegada de numerosos inmigrantes europeos (principalmente ingleses y alemanes) que traen consigo toda una nueva tradición cervecera que es vista por la nueva elite chilena, sus principales consumidores, como un símbolo de estatus y modernidad.
Junto con la importación de nuevas cervezas, comienza en Chile un proceso de industrialización de este alimento, que se ve reflejado en la apertura de cervecerías a lo largo del país. Los primeros registros datan del año 1822 en Santiago y 1825 en Valparaíso, ambas empresas formadas por profesionales extranjeros que se desempeñaban en otros rubros. Paralelamente, en diveras zonas del país, se creaban cervecerías artesanales destinadas a satisfacer el consumo de una zona en particular, ya que las condiciones de transporte y comunicación hacían difícil la distribución hacia regiones alejadas. Lo anterior explica la importante fragmentación de la industria durante gran parte del siglo XIX: “Para 1867 existían, sólo en Santiago, 46 fábricas de cervezas y licores, y para 1876 se registran un total de 70 productores en todo el país. Hacia 1884(…) había 73 cervecerías instalas en distintas localidades entre Ancud y Copiapó, sin contar las empresas localizadas en los departamentos de Santiago, Valparaiso y Quillota” (Couyoumdjian, Juan Ricardo, “Una bebida moderna: La cerveza en Chile en el siglo XIX”, 2004).
La citada fragmentación de la industria cervecera empieza a declinar a fines del siglo XIX debido a la mejora en las redes de transporte. Esto genera que la producción se comience a concentrar en aquellas empresas que manejaban costos menores, mayor calidad y que ahora también tenían la posibilidad de entregar su producto en zonas más distantes, lo que ocasiona una competencia directa entre productores lejanos y cerveceros artesanales locales. Este perfeccionamiento trajo consigo que algunas compañías comenzaran a exportar sus cervezas hacia otros países de Latinoamérica, como Bolivia y Perú.
El proceso de concentración tiene su punto de inflexión a principios del siglo XX con fusiones en muchas regiones del país. Así, en la industria cervecera, las tradicionales familias comerciantes chilenas comienzan a unir fuerzas y, luego de dos décadas de transformaciones, se crea la Compañía de Cervecerías Unidas (CCU), la cual abarca casi la totalidad del mercado nacional y, tiempo después, a todas la bebidas gaseosas. Con esto se logra una monopolización de la producción y comercialización de la cerveza, lo que trae consigo una oferta mucho menor que, sumada a la crisis de los años 30 (que provoca una caída en las importaciones), genera una escasa variedad de productos. Por otro lado, el consumo se masifica a tal extremo que pierde su carácter exclusivo y diferenciador sociocultural, que sí tenía a mediados del siglo XIX.
Hace algunos años, principios de 2000, ha recomenzado en Chile un desarrollo de microcervecerías que buscan mejores calidades y nuevas variedades para el consumidor, tratando de romper este monopolio cervecero. Aunque es un proceso muy lento, y que abarca un mercado aún muy pequeño, es de esperar que el público vea y sienta las notables diferencias que existen entre resultados industriales y artesanales. De esta forma le daremos a la cerveza el rol que realmente merece: ser un alimento que nos puede acompañar en cualquier época y momento del año.
– Ernesto Riquelme Cifuentes: Ingeniero Agrónomo; maestro cervecero SOMA (soma@tie.cl)
-Arturo Figueroa Román. Licenciado en historia, profesor de historia (arfigueroa@gmail.com).
Para más información, consultar Juan Ricardo Couyoumdjian, “Una bebida moderna: La cerveza en Chile en el siglo XIX” (2004). Instituto de Historia, Pontificia Universidad Católica de Chile.
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